Poema de medianoche
Escucho voces allá afuera que no me dejan concentrar mientras sigo en la espera de tus labios conquistar. No te atreves a venir, aunque sabes que te espero. No me quieres ya decir que me quieres con esmero. En la cruel melancolía de tu boca de amaranto, tu recuerdo me dolía y no sanaba con el llanto. Esperándote pasan mis días. Esperando a que vuelvas. Que con tus grandes alegrías, mis problemas los resuelvas. Así que me acuesto de nuevo a tratarme de dormir. En mis sueños con tus besos vuelvo nuevamente a existir.